HIELOTERAPIA - Lorraine

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LA GRAN TERAPIA DE HIELO
Desde muy joven sabía que uno de los hábitos ideales que adoptar para la salud cotidiana era terminar el baño o ducha con agua fría para cerrar bien los poros y salir protegida a enfrentar el exterior. Después supe también de las terapias estéticas para reafirmar y tonificar los músculos con frío y para obtener mayor rendimiento atlético, las cuales nunca probé.

Fue hasta el año 2019 que escuché acerca de los grandes beneficios para la salud a todos niveles de la inmersión en hielo. Empezaba ya a resonar el nombre del holandés Wim Hof  -mejor conocido como “el hombre de hielo”- quién, entre otras excepcionales faenas y habiendo roto al menos 22 Record Guinnes, subió el Everest en shorts y tenis y podía sentarse a meditar usando solo pantalones cortos sobre un glaciar durante más de una hora sin siquiera tiritar.

Mi hijo, quien entonces tenía 22 años, ya experimentaba con la respiración sugerida por Wim Hof y las inmersiones en hielo. Para que yo, que vivo en la calurosa costa del Pacífico oaxaqueño, pudiera sentirlo, me aconsejó probar sumergiendo manos y pies en cubetas con agua y hielo aumentando la duración de las inmersiones día a día hasta alcanzar 3 minutos o más.

Noté cómo el solo hacer esto me producía un efecto de despejar la mente, me cortaba síntomas de resfriados, dolores de cabeza, intoxicaciones estomacales, desinflamaba mis manos cansadas, etc. Y cuando alcancé a durar 10 minutos con manos y pies al mismo tiempo, de premio mi hijo me mandó una tina cilíndrica portátil para meter el cuerpo entero brindándome así aún más de los beneficios profundos de salud a todos niveles. Uno de los máximos beneficios  es la tonificación de todo el sistema cardiovascular a los 2 minutos de la inmersión.

Así surgió mi interés por profundizar más en la llamada “respiración de serotonina con éxtasis del fuego interno” que surgió desde tiempos ancestrales entre maestros espirituales y curanderos de las Himalayas y ha sido adaptada y adoptada através del mundo al pasar de los años, y simplificada y optimizada por Wim Hof en nuestra era.

Tuve la suerte de haber conocido y practicado la inmersión en hielo con el mismísimo Wim Hof en la mencionada tina en mi casa de la costa en octubre del 2021 durante una visita de él a Mazunte, Oaxaca. Desde entonces, he estado estudiando a fondo y experimentando y compartiendo mis descubrimientos cuidadosamente y con resultados muy satisfactorios con otros.

Ofrezco esta terapia con todo el cuidado necesario mientras felizmente expando mi misión de demostrarme y demostrarle al mundo que los seres humanos somos capaces de prevenir enfermedades y curarnos a nosotros mismos.
Quiero agradecer profundamente a los fotógrafos profesionales Lina Rodríguez, Helena Tamayo, León Felipe García y Cassandra Gallotti y a mis alumnos y amigos que contribuyeron con las imágenes que ilustran mi página.
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